sábado, 13 de octubre de 2012

KAMIKOCHI Y EL YARIGATAKE

Salimos de Takayama con todo el kit de lluvia, porque llueve y no ha dejado de llover en toda la noche. Sin embargo, cuando llegamos a Kamikochi hace un día estupendo, no nos lo podemos creer. Está es un zona muy apreciada por los japoneses sobre todo para ver el cambio de colores del otoño y hay mucha gente de excursión.
Nuestro objetivo es subir al Yarigatake que es uno de los montes más representativos de la zona. El camino es realmente bonito, va siguiendo el curso de un río en medio del tipíco bosque japonés , muy denso y con una vegetación muy variada. Cada cierto tiempo hay un refugio de montaña, son muy grandes con capacidad como para 200 personas al menos, y hay un trasiego de gente con macutos importante, además de todas las edades, aunque predominan los abuelos pisacantos. Pasamos la noche en uno de los refugios, desde el cual al día siguiente atacaremos el Yarigatake, que no es el más alto peo si el más representativo por su forma piramidal. Está gente es superdisciplina y cuando anuncian por un altavoz, la cena, el desayuno, o que van a apagar las luces, todo el mundo obedece ordenadamente. A las 5.30 de la mañana ya está todo el mundo levantado, con lo cual no queda más remedio que levantarse. Hace un día increíble, despejado, ni lo hubiéramos imaginado tal y como llovía en Takayama, así pues el día ideal para atacar el Yariagatake. La ascensión es durilla, 1000 metros de desnivel de un tirón, aunque la subida es cómoda.
Llegando al último collado hay tres refugios, que entre los tres tienen capacidad para cerca de 400 personas, lo que da idea de la cantidad de gente que sube por aquí en verano. A la cumbre se accede desde un collado que está ocupado por el refugio más grande y los pasos más delicados están equipados con escaleras y pasamanos. Desde aquí vuelta a descender hasta nuestro refugio con la sorpresa de encontrarnos, cuando entramos en el bosque, con una familia de macacos japoneses de esas de las que en invierno se bañan en los onsen al aire libre.

jueves, 11 de octubre de 2012

TAKAYAMA

Después de la paz espiritual, nos vamos para Takayama, se trata de una ciudad que tiene un casco antiguo muy chulo, conserva unas cuantas calles con las casas tradicionales, ahora casi todas convertidas en tiendas o restaurantes, pero con mucho encanto. Además tiene una zona de templos absolutamente impresionantes.
Es una ciudad realmente agradable, aunque más turística y empezamos a ver blancos, porque hasta ahora prácticamente no nos estábamos encontrando con occidentales. Además Takayama es el punto de partida para ir a Kamikochi, que es donde se encuentran los Alpes Japoneses y uno de los puntos de entrada a los recorrido de montaña. Nuestra idea es salir al día siguiente a Kamikochi para hacer tres días de monte y ver si podemos subir al Yarigatake, pero en Takayama se ha puesto a llover como si fuera el fin del mundo, es un coletazo del tifón que está por la zona y que no tiene pinta de parar. A pesar de estar todo la noche diluviando y que el cielo no promete nada, decidimos partir para Kamikochi.

miércoles, 10 de octubre de 2012

DEWA SAN

Nuestro siguiente destino era Dewa San. Se trata de una peregrinación sintoísta que enlaza tres montañas, que representan el nacimiento, la muerte y la reencarnación y que se llaman Haguro-san, Gas-san y Yudono-san. El punto de partida más cercano es la ciudad de Tsuruoka, en donde nos encontramos con el gran reto de interpretar esos símbolos del idioma japonés que realmente parecen indescifrable
. Aquí no hay ni una pista de idioma cristiano, ni una indicación , ni siquiera una sugerencia, así que hay que buscarse la vida para ver que autobús hay que coger, a que hora y demás asuntos prácticos. Empezamos por Haguro-san, es un recorrido muy bonito, lleno de escaleras y rodeado de templillos y de cedros, es una subida realmente preciosa, para coronar en un conjunto de monasterios, santuarios y demás muy especial.
De ahí teníamos que coger un autobús hasta el siguiente monte, el Gas-san, porque no se puede enlazar de otra manera. Pero, después de mucho investigar y preguntar conseguimos saber que ese acceso está cerrado ya a estas alturas del año ( y aquí cuando dicen que algo está cerrado es que te quitan hasta las indicaciones para poder). La única solución que nos queda es ir a la última parte del camino, Yudono-san, para verlo y ver si desde allí podemos acceder al Gas-san. Está resultando un día de auténtico descubrimiento del Japón profundo, no hacemos más que pasar por pequeñísimos pueblos y subir cada vez más arriba hacia la montaña. Llegamos a Yudono-san, donde nos recibe la tori gigante , el entorno es espectacular, una naturaleza impresionante rodeada de templos, estatuas y demás, todo trasmite una espiritualidad muy especial.
En Yudono-san podemos ver el santuario que consiste en una gran piedra en donde el paso del agua sulforosa la ha convertido en color naranja, antes de entrar, el monje de turno nos bendice y dejamos un papelillo navegando en un pequeño arroyito en donde se supone que viajarán nuestras peticiones. El rito exige subir descalzo a la gran piedra y bordearla . La verdad es que todo es muy espiritual , aunque los monjes te sacan pelas para todo como en todas las religiones. Desde aquí también conseguimos averiguar que no se puede subir a Gas-san. Es una pena no haber podido hacer el recorrido completo tal y como teníamos pensado, pero la verdad es que ha sido un sitio muy especial que merece la pena visitar y que transmite una paz increíble.

martes, 9 de octubre de 2012

HIGIENE JAPONESA

Bueno como ya nos hemos introducido en el mundo del onsen , es necesario que expliquemos que el onsen es además el baño público por excelencia. Es decir en todos los sitios hay onsen que consiste en una especie de duchas, decimos especie porque como véis no son exactamente igual que las nuestras, hay que ducharse sentado y con un cubo (no siempre tienen grifo de ducha),
y frotarse bien, los japoneses se frotan y refrotan que se arrancan la piel. Sólo y únicamente cuando estás bien limpio entonces te puedes meter a la piscinilla-poza de agua caliente.
Imprescindible y fundamental, ponerte una toalla pequeña encima de la cabeza, no sabemos todavía muy bien porque, tú estas todo el rato en bolas pero la toalla doblada en la cabeza que no falte. Depende del tipo de onsen, tras esa piscinilla-poza, puede haber otra en el exterior lo cual es lo frecuente en los onsen de montaña. También hay pozas en mitad el monte , en este caso se llaman rotemburo. No contamos esto para que penséis que estamos haciendo unas vacaciones de balneario, es que hay en sitios en donde no hay otra manera de ducharse más que pasando por el onsen y todo su protocolo. El mundo de la higiene, sigue siendo peculiar cuando pasamos al tema de los inodoros , donde te puedes encontrar todo un submundo tecnológico que como te descuides pasa media hora hasta que sepas como se hace lo que has ido a hacer. Realmente el inodoro tiene de todo, el asiento de la taza se puede calentar, salen chorros para lavarte por detrás y por delante,
los hay con radio
y otros con efectos especiales tipo chorro cascada para que te salga el pis
. Pero también en este país de suma modernidad cuando entras en el Japón tradicional tienes la letrina japonesa.
En fin , el mundo del aseo aquí es todo un arte.

miércoles, 3 de octubre de 2012

PERO QUE BIEN SE VIVE CUANDO SE VIVE BIEN

Después del parque de Daisetsuzan y tras una breve parada en Hakodate para dormir, en donde cenamos una tempura exquisita y dormimos en un hotel semejante al de la novela de Murakami “Baila , baila, baila” ( sólo recomendable para iniciados), continuamos nuestro camino hacia la zona del Lago Tazawako. Es una zona muy bonita, en donde además del famoso lago hay un montón de onsen. El onsen japonés es el pasatiempo nacional, les encanta y acuden a ellos todo tipo de gente: mayores, jóvenes, familias enteras y es donde el japonés se desinhibe. Realmente el onsen es una especie de spa o especie de balneario.
Nosotros habíamos elegido Tsurunoyu porque es uno de los más antiguos de Japón y de los más tradicionales y puestos a probar pues eso, lo más típico. El sitio es encantador, realmente bien conservado siguiendo el canon tradicional. En cuanto llegas te pones el yukata, aquí además te dan una especie de chaquetita monisíma porque hace un poco más de fresco ya que estamos en plena montaña y todo el mundo uniformado,
me meto en el onsen, me salgo me doy un paseo y otra vez al onsen. Todo un placer para el relax más absoluto. El onsen es separado hombres a un lado y mujeres a otro porque en el onsen se está completamente desnudo. Además la comida es una auténtica delicia, comida tradicional japonesa, aunque los desayunos también son auténticamente japoneses, por lo que también se desayuna pescado y sopa de miso, lo cual Oscar no lleva demasiado bien el salmón a las 7 h de la mañana.
Y lo mejor de todo el baño en el onsen por la noche contemplando la luna y las estrellas un auténtico lujo asiático.